domingo, 23 de octubre de 2011

DEMOCRACY






There´s no escape.
The big pricks are out.
They´ll fuck everything in sight.
Watch your back.

Harold Pinter, Feruary 2003












¿Y la democracia, ese milenario invento de unos atenienses ingenuos para quienes significaba, en las circunstancias sociales y políticas concretas del momento, y según la expresión consagrada, un Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo? [...]. Es verdad que podemos votar, es verdad que podemos, por delegación de la partícula de soberanía que se nos reconoce como ciudadanos con voto y normalmente a través de un partido, escoger nuestros representantes en el Parlamento; es cierto, en fin, que de la relevancia numérica de tales representaciones y de las combinaciones políticas que la necesidad de una mayoría impone, siempre resultará un Gobierno.


Todo esto es cierto, pero es igualmente cierto que la posibilidad de acción democrática comienza y acaba ahí
El elector podrá quitar del poder a un Gobierno que no le agrade y poner otro en su lugar, pero su voto no ha tenido, no tiene y nunca tendrá un efecto visible sobre la única fuerza real que gobierna el mundo, y por lo tanto su país y su persona[...] . Todos sabemos que así y todo, por una especie de automatismo verbal y mental que no nos deja ver la cruda desnudez de los hechos, seguimos hablando de la democracia como si se tratase de algo vivo y actuante, cuando de ella nos queda poco más que un conjunto de formas ritualizadas, los inocuos pasos y los gestos de una especie de misa laica. Y no nos percatamos, como si para eso no bastase con tener ojos, de que nuestros Gobiernos, esos que para bien o para mal elegimos y de los que somos, por lo tanto, los primeros responsables, se van convirtiendo cada vez más en meros comisarios políticos del poder económico, con la misión objetiva de producir las leyes que convengan a ese poder, para después, envueltas en los dulces de la pertinente publicidad oficial y particular, introducirlas en el mercado social sin suscitar demasiadas protestas, salvo las de ciertas conocidas minorías eternamente descontentas...


¿Qué hacer? De la literatura a la ecología, de la guerra de las galaxias al efecto invernadero, del tratamiento de los residuos a las congestiones de tráfico, todo se discute en este mundo nuestro. Pero el sistema democrático, como si de un dato definitivamente adquirido se tratase, intocable por naturaleza hasta la consumación de los siglos, ése no se discute. Mas si no estoy equivocado, si no soy incapaz de sumar dos y dos, entonces, entre tantas otras discusiones necesarias o indispensables, urge, antes de que se nos haga demasiado tarde, promover un debate mundial sobre la democracia y las causas de su decadencia, sobre la intervención de los ciudadanos en la vida política y social, sobre las relaciones entre los Estados y el poder económico y financiero mundial, sobre aquello que afirma y aquello que niega la democracia,  sobre el derecho a la felicidad y a una existencia digna, sobre las miserias y esperanzas de la humanidad o, hablando con menos retórica, de los simples seres humanos que la componen, uno a uno y todos juntos.

No hay peor engaño que el de quien se engaña a sí mismo. 

Y así estamos viviendo.



Discurso de José Saramago, pronunciado en la clausura del 2º Foro Social Mundial.
Porto Alegre, Febrero 2002.







lunes, 17 de octubre de 2011

QUESO


Antonio Castelló

"Nunca fui un soñador. Lo que los otros, más crédulos, veían como un sueño, me parecía tan real como el queso se presenta al gato, a pesar de la quesera de vidrio. Y, mientras tanto, la quesera existe.
Cuando la quesera se parte, el gato se aprovecha, incluso aunque sean los dueños quienes la rompan, cortándose las manos.

"Con el diablo en el cuerpo". Raimond Radiguet






FORMA, SENTIDO Y REALIDAD. Klaus y Kinski




jueves, 13 de octubre de 2011

Realistas

“Seamos realistas 
 en este sitio  
nadie cuenta 
 estrellas 
 por la noche”.


David González.

martes, 4 de octubre de 2011

Mil primaveras más


El escritor:

"Yo nací entre los zuecos y los relámpagos, en la mitad de la noche, cuarenta  y siete días después del primer aeroplano. Aún colgaban del tendedero de la anteguerra todas las intactas maravillas inauditas.  Yo traía mis dos ojos en mi sitio y mi cuerpo izquierdo con ágil juego indeciso de los codos.
Cuando yo nací, tan solo a doce cosas les faltaba el nombre preciso, y yo llegué con un hueco en la frente y en la mano para encontrar la indefinición de las claridades navegantes".




El gallego:

"Somos imaginativos, nostálgicos, apasionados del paisaje natal, creedores en cosas invisibles, sujetos a dolencias espirituales que a algunos matan, etc (...)
Y también racionalistas, escépticos, supersticiosos, albergando entre nosotros uno de los grupos más importantes de brujos y brujas de Europa".


"El secreto de ser gallego (...) sus varas de medir el mundo, las vueltas de su imaginación, las revirivueltas de sus sueños y sus deseos, su calidad intelectual, el gusto por la sorpresa, la ironía que hace de un hombre, en un momento dado, un señor rey, y la humildad, y la sabrosura de la pereza, el lamento por lo que no hay, y el morir solo con sus obsesiones, y dejarla en herencia, como un tesoro imposible de encontrar".



El hombre:

"El apetito de lo desconocido y de lo misterioso, es una de las condiciones de la lucidez mental, y en definitiva sabemos tanto por ciencia racional como por imaginación". 


"El ideólogo, el comprometido, el angustiado (...) es natural que no escuche la sirena –“diversidad sirena del mundo"–. Está a sus filípicas, encerrado en púlpito. Pero el vago transeúnte, el gozador del siglo, el amigo del hombre libre, el creador, ese anda con los ojos abiertos y nadie puede evitar que lo vea todo. Absolutamente todo." 








Álvaro Cunqueiro (1911-1981)

El próximo solsticio de invierno, el día 22 de diciembre, se cumplirá el centenario del nacimiento de Álvaro Cunqueiro. Novelista, poeta, dramaturgo, periodista y gastrónomo, considerado por muchos como el mejor escritor gallego del siglo XX.

[...]
 "Dos son las virtudes que sostienen una obra. Y en las dos el mindoniense era un alquimista. Una es la imaginación. Y Cunqueiro tenía una imaginación que corría como un galgo. La echaba a correr y nunca le alcanzaba la fatiga. Y la otra pata de su obra es su portentosa, casi milagrosa, capacidad para las carambolas de las palabras. Da igual el párrafo que se lea, siempre hay un hallazgo. Siempre está ese poeta que se agacha detrás de los grandísimos escritores. Cunqueiro es totalmente imbatible en el billar del lenguaje"
[...]
César Casal